viernes, 8 de octubre de 2010

¡DIBUJEMOS TEBEOS!

Allá por el 2002 empezaron a reunirse todos los viernes una serie de pintorescos personajes. Señores adultos que leen y sobre todo ¡Dibujan! colorines. Se reunían en el bar Metro, sito en Santa Lastenia de Tenerife (Sta. Cruz para los que no están en la secta) y entre Santa Teresas con cola, cervezas y Appletiser (en fin)  hablaban sin cesar de tebeos, cine raro, música yodel y tipos de pinceles. Cuando les cerraban, seguían su deambular por las deserticas calles de la surrealista ciudad, en la impunidad de la noche, azotados por el viento, de tugurio en tugurio hasta que se dispersaban en las sombras. SIEMPRE con sus misteriosas carpetas.
       Se les conocía de muchas formas: los que acechan en las sombras, los que beben en la oscuridad, los testigos de Jehová, los hombres de negro, los pollabobas de los colorines... la lista es interminable.
     Hace ya mucho tiempo que no se les ve. Hay quién dice que se los tragó un agujero negro, otros que si N'yalapokxwakayayoyayo se los llevó a las montañas de la locura, e incluso hay quién sugiere entre susurros que si se echaron novia y se dejaron de machangadas.
    PERO... de vez en cuando alguién les vuelve a ver...

   Este testimonio, el cuadro que un jorobado manco y borracho realizó en su delirio de agonizante, retrata una de sus sesiones. Sabemos que el grupo estaba conformado por más gente, que iban y venían. Pero estos eran los que rara vez fallaban.



     De izquierda a derecha: Juanan el dibugado (dibujante-abogado) famoso por defender a sus clientes en latín mientras dibuja, generalmente suelen condenarlos; Marrero, experto en rocanrrol,  la gesta del 25 de Julio y cantos tiroleses; Alberto, minucioso preparador de proyectos secretos a los que se entrega durante años, desapareciendo en extrañas catacumbas y Eduardo,  el vampiro de la calle Porlier, el tipo de las ojeras, siempre soltando sentencias pueriles, perdiendo el tiempo.

                                                        SE LOS LLEVÓ LA BESTIA.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

joooder... ésta sí que está guapa, loco. Qué tiempos aquellos; aunque todavía no se han acabado del todo.

Anónimo dijo...

Ars longa, vita brevis

Anónimo dijo...

JA, JA, JA, AAAARGH!!.
La última vez que vi al misterioso Alberto llevaba una tonga de carpetas con dibujos atadas a la cintura y se había apuntado a clases de apnea... ¡¡¡No puedo decir más!!!

Anónimo dijo...

yo solo digo una cosa: ya todo da igual, si no suena ese swing, dua, dua, dua, dua, duaaa!

Anónimo dijo...

ya todo da igua, si no suena ese swing, dua, dua, dua, dua duaaa!

Anónimo dijo...

y valga la rebuznancia!

JP dijo...

Yo los vi, yo los vi una vez en Tenerife y luego se aparecieron en Las Palmas. Les hice una foto pero salio borrosa.

Eduardo dijo...

Queridos anónimos y Juan Pedro ¿Volverán los buenos tiempos?...
Alberto ha hecho cosas más raras ¡Y los otros ni te digo! de todas formas, hay incluso quien defiende que nunca han existido, que son el resultado de alguna pesadilla etílica.
... Ese swing... treinta segundos, despejen la rampa...

Anónimo dijo...

d. eduardo: ¿ve como hay masas ingentes que demandan el latín como lengua de uso común? hay ve un anónimo que no tiene nada que ver con este otro anónimo que así lo expresa.

Eduardo dijo...

Ya estamos otra vez con la Megalatina. Esto solo puede ser cosa de abogados ¿No será ud. también abogado, verdad amig@ anómino?

Unknown dijo...

Les faltó el nubarrón negro encima, y el "bad to the bone " sonando de fondo....

Unknown dijo...

Les faltó el nubarrón negro encima, y el "bad to the bone " sonando de fondo....

Eduardo dijo...

¡Juan, qué gustazo tenerte por aquí!
El nubarrón me temo que lo teníamos y lo seguimos teniendo, la banda sonora... esa está bien, sí.